Cuaderno de Bitácora (15)

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Día 15

¡¡Buenos días cuaderno!!,

ayer nos ha dejado un gran amigo. Un hombre de los que como se dice en Andalucía se vestía por los pies. Un hombre íntegro y con unos valores y ética a prueba de bomba. Un apasionado de la vida. Un apasionado de su trabajo. Un enorme profesional y mejor persona. Unas de ésas personas imprescindibles. Un viajero incansable. El predecesor del Google Maps. (Bastaba con llamarle por teléfono para preguntarle dónde podías llevar a comer a la gente, y en cero coma te proporcionaba varias alternativas). Una persona más que brillante. Con una inteligencia natural, sobrenatural. Y listo, tremendamente listo. Me encantaba departir con él de lo que fuera y escucharle hablar; tenía un sentido común fuera de lo común. Recuerdo que en una de las peores etapas de mi vida, me había quedado sin trabajo y tenía que pasar la manutención de mi hijo, decidí que el futuro estaba en la red. ¿Para qué tener que conformarme con lo que decían los periódicos económicos, al día siguiente te intentaban explicar lo que había sucedido ayer, si la información en tiempo real estaba en la red? Pero no tenía dinero para dotarme de todo lo necesario para ello, por lo que trace un plan. Y para llevar a cabo mi plan, me presenté en su despacho y le dije; "Robert, necesito que me digas quién es la persona más adecuada para esto". Se me quedó mirando y en apenas unos segundos me contestó: "Carlos, vete a ver a tal". Y así lo hice. En apenas unas semanas tenía dinero más que suficiente para atender todas mis obligaciones para con mi hijo, para el equipo informático que quería montar y para no preocuparme de si mañana iba a poder comer o no. Le prometí que cuando lo logrará le invitaría a comer, y así lo hice; nos fuimos a comer con su hija, otro cielo de persona. Puede que haya sido la comida que más a gusto he pagado en mi vida. Corría el año 1.998...

Jamás podré agradecerte lo suficiente lo que hiciste por mi. Y ahora, el maldito virus se te ha llevado por delante. Que sepan toda ésta panda que se ha apoderado del poder, más todos los neófitos que se están intentando subir al carro de los que NO PRODUCEN NADA, que detrás de todos esos números que dan de fallecidos diariamente hay personas con nombre y apellidos. Y familiares afligidos por sus pérdidas. Me encantaría poderme despedir de ti como te mereces, pero no lo voy a poder hacer. Es por ello que desde aquí te deseo todo lo mejor de lo mejor en tu último viaje. Va por ti, Robert

 

 

Algunos, los más duros de entendederas, han necesitado 5.690 muertos para empezar a hacer lo que se tenía que haber hecho hace más de un mes. ¡¡5.690 muertos!! ¿De verdad que no dan para más? ¿Pero en manos de quiénes estamos? Un no tan lejano 5 de agosto de 2015, escribí un artículo en el blog de l'Altaveu titulado "Es el declive, estúpidos", vean link aquí, en el que mencionaba las siete etapas que suelen tener históricamente todos los imperios, a saber: explosión, comercio, riqueza, intelectual, decadencia, declive y colapso. Pues el colapso ya ha llegado. El maldito Coronavirus no ha hecho sino adelantar etapas y precipitarlo. Estamos en plena "ineptocracie", tan bien definida por Jean Bruno Wladimir François-de-Paule Lefèvre D'Ormesson. Toda ésta panda que se ha apoderado del poder, más todos los neófitos que se están intentando subir al carro de los que NO PRODUCEN NADA, tan solo caben en la decadencia, declive y colapso. En las anteriores etapas es impensable su presencia cercana al poder. No serían llamados ni para abrir las puertas. 

 

 

Y aquí nos encontramos; seguramente en uno de los peores momentos de la Historia y también seguramente en las peores manos para hacerle frente. En las peores manos. Lo bueno que va a tener ésta pandemia es que va a servir para demostrar de una maldita vez lo inservibles que son las armas, lo débiles que son casi todos los gobiernos, lo inútil que es la riqueza y lo valioso que es el personal de salud, y todo el resto de abandonados por el poder, y que a la hora de la verdad son todos aquellos que no han dudado en irse a primera línea mientras los que les han estado haciendo la vida imposible a lo largo de varias legislaturas ahora pretenden darles trato de héroes. Héroes lo son todos y cada uno de los días de su vida, y como tal se les debería haber tratado desde siempre. Con vuestra anuencia o sin ella.

 

 

En otro artículo que publiqué en un no tan lejano 21 de julio de julio en el entonces incipiente medio Crónica Global, y titulado "Andorra y la doble moral patriótica", vean link aquí, escribí, y cito textualmente lo siguiente: "Todo este fanatismo patriótico se desvanece a las primeras de cambio: cuando cualquiera de estos ‘prohombres’ --o a sus parientes más cercanos--, que llevan horas, semanas, meses y años de profundas reflexiones les llega la más nimia enfermedad, salen pitando del país y se ponen en manos del mejor de los galenos, sea cual sea su raza, religión, nacionalidad y/o condición sexual. No digamos si la enfermedad es grave. Entonces no discuten ni el dinero a desembolsar. ¿Dónde quedan entonces todas esas profundas reflexiones y todas esas comisiones montadas ad hoc para resolver tan profunda cuestión? ¿En la papelera de casa? ¿Directamente en el lavabo de cualquiera de nuestras fronteras? ¿Por qué a la hora de rodearse de tantos y tantos “asesores expertos” (todos ellos tienen varios) tampoco tienen ningún problema en que dichos expertos sean “extranjeros”?". Fin de la cita. Todo esto viene a colación porque si hay una cosa verdaderamente difícil en la vida es ser "coherente". Y ante la increíble muestra de solidaridad que el tantas y tantas veces menospreciado pueblo de Cuba acaba de tener hacia nosotros, cabría preguntarse si todos los que Antonio denominaba "buenos andorranos" y que se envolvieron en la bandera del "peís", se negarán a recibir la ayuda de dichos facultativos que vienen a aportarnos todos y cada uno de sus conocimientos y a liberal un poco a los galenos del país. ¿Cuándo se dejaran de mirar a todo el resto de mundo como extranjeros o inferiores, y los empezarán a ver como iguales o hermanos? ¿Aprenderán algo de la lección que éste maldito virus nos ha venido a enseñar? Se llama "coherencia". Nada más y nada menos. 

 

 

Frente a la adversidad, esto tan solo es una adversidad, generosidad y solidaridad. La ciencia, afortunadamente, está por encima de todas las bobadas a las que puede llegar la ilimitada ignorancia de muchos; la ciencia no distingue de razas, ni de lenguas, ni de política, ni de religiones, ni de nacionalidades, ni de sexo. Su lenguaje es universal. Sirve exactamente para todos y cada de nosotros. Para todos y cada uno de nosotros. Sin ninguna distinción ni exclusión. 

Y ya que está tan de moda entre nuestros gobernantes hablar de "rupturas de stocks sanitarios", decirles que si nada cambia, sin entre todos no somos capaces de cambiarlo, cuando todo esto acabe habrá una verdadera hecatombe de "rupturas de stocks en el sector de las medallas" porque capaces son de a pesar de su nefasta gestión frente a la crisis que nos ha llegado, intentar acapararlas; y esa será la prueba definitiva de que entre todos habremos fracasado. Si eso llegará, que podría ser, yo las daría de diez en diez, porque dándolas de dos en dos, no habrá suficiente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Intenten ser felices. 

 

 

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