"Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti". (Friedrich Nietzsche).
Durante toda la semana hemos asistido, como convidados de piedra, a las ya más que evidentes contradicciones entre los distintos miembros del Govern. Si el lunes era el ministro Espot, un hombre preparado, cabal, reflexivo y dialogante, el que utilizó el Facebook de éste medio digital, los demás deben ser todavía analógicos, para comentar el contrato del señor Torrejón, el miércoles fue el ministro Cinca, de éste prefiero no decir lo que pienso, el que en plena rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros dijo lo que dijo. Hoy leo que el Cap de Govern, de éste tampoco quiero opinar, el que dice la suya. A todo lo anterior habría que señalar el significativo y estruendoso siliencio de los ministros Alcobé y Saboya.
Los nervios afloran, se notan, se ven, se palpan. El desenlace a todo este cúmulo de despropósitos está llegando a su fin. Ya hay fecha de caducidad. Y ustedes lo saben, yo lo sé, y ustedes también saben que lo sé.
Observando el silencio de unos y lo que dicen los otros se puede concluir que ahora de lo que se trata es de, llegado "EL MOMENTO", estar cada uno mejor colocado que el otro. Craso error. Su tiempo ya ha pasado. Habéis sido complices y colaboradores necesarios y el ciudadano tiene memoria. Y si no la tienen, aquí estaremos los irreductibles para recordárselo una y otra vez, todas las veces que sean necesarias.
Tuvistéis tiempo, mucho tiempo, desde el 26 de agosto de 2.014 hasta el infame día 10 de marzo. Habéis tenido tiempo, mucho tiempo, desde el infame 10 de marzo hasta hoy y lo habéis desaprovechado pensando que la verdad jamás saldría a flote, obviando lo tenaz e insistente que puede llegar a ser la verdad. Proclamastéis transparencia y nos habéis dado oscuridad y opacidad. Ahora solo os queda recoger lo que habéis sembrado.
Buen fin de semana al resto.
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