Dice Allan Stewart Königsberg, más conocido como Woody Allen, que arreglar los temas económicos es lo más fácil del mundo, puesto que lo único que se necesita es dinero. ¡Y razón no le falta!

En el completo batiburrillo a tres bandas, Andorra, España y los EE.UU., en el que se han desarrollado los acontecimientos desde la primavera de 2014, y que llevaron al INFAME 10 de marzo de 2015 con la "intervención" de Banca Privada d'Andorra, todos aquellos que hayan metido la pata hasta dónde pone "Toledo", que han sido unos cuantos y todos tienen nombre y apellidos, van a tener que indemnizar el gusto y las ganas. (Es lo que conlleva el querer "sang i fetge" al precio que sea). Hasta aquí Woody tiene razón. 

Unos por "precipitarse" en restringir el acceso al mercado del dólar obviando su propia USA Patriot Act, Sección 311, otros por liquidar un banco "a la buena de dios nos queremos los dos, Lupita", y el restante por llevar a los dos anteriores a error utilizando lo que los griegos denominaron sicofante, συκοφάντης, sykophantes, que eran los denunciantes oficiales, los chivatos oficiales, para lo cual no se ha dudado en usar a sus correveidiles más barriobajeros, arrabaleros, ordinarios, gañanes, soeces y mindundis, siempre prestos a culminar las más solemnes animaladas de sus malos dueños. 

Pero como quiera que la verdad no es hija de la autoridad sino del tiempo, todo aquel "castillito de naipes" que las cabecillas pensantes de la "concorxa" contra el Grupo BPA construyeron, se les ha caído. Mentiras tras mentiras y más mentiras tras más mentiras, no han hecho sino poner en su lugar a todos los que han participado en el desatino. Y ya están empezando a aceptar que se van tener que ir, y con el "rabo entre las piernas". ¿Quién se lo iba a decir cuando todos ellos estaban todos tan empachados, alguno más embebido que el resto, de poder?

Y todo esto es lo que se puede indemnizar con dinero. Como dice Woody, lo único que se necesita es dinero. Pero, ¿cómo se indemniza la "desesperanza"? ¿Cómo se indemniza la "desazón"? ¿Cómo se indemniza el "desasosiego"? ¿Cómo se indemniza la "zozobra"? ¿Cómo se indemniza la "incerteza"? ¿Cómo se indemniza la "ansiedad"? ¿Cómo se indemniza la "intraquilidad"? ¿Cómo se indemniza la "turbación"? ¿Cómo se indemniza el "tormento"? ¿Cómo se indemnizan los "sueños rotos"? ¿Cómo se indemniza un "proyecto de vida"? ¿Cómo se indemniza un "corazón partío"? ¿Cómo se indemnizan "22 meses de privación de libertad"?

El ¡¡17 de marzo de 2016!!, un año después de haber ingresado en La Comella, Joan Pau Miquel escribió lo siguiente: "Ha pasado un año "calamitoso, de guerras y tribulaciones", tal como predica la Máxima 40 del Manual Digest y "hay que sufrirlas con resignación y bajar la cabeza". Yo he sufrido este año. Pero no renuncio a poder levantar la cabeza de los empleados de la BPA. Estoy orgulloso de todos ellos: personas responsables que han gestionado una entidad privada con éxito. Una entidad que en 20 años pasó de ser un banco marginal a representar el 20% del sector bancario andorrano. Veremos quién paga finalmente la factura. Pero los que seguro ya la han ido pagando, y con creces, son todos mis compañeros de trabajo, profesionales que no deben sentirse criminalizados ni humillados. En ningún caso. A todos ellos les deseo una nueva etapa vital y profesional llena de oportunidades. Yo dedicaré mi capacidad a ayudar a quien defienda la honorabilidad de los empleados, los administradores y los accionistas de BPA".

La factura, la parte económica, está claro quiénes la van a pagar. El resto, lo importante, es lo que verdaderamente habría que hacérselo pagar a quiénes han ocasionado el mal que tanta y tanta gente ha padecido. ¡La verdad ha llegado para instalarse!! Y no va a haber resquicio que no se investigue a fondo y con lupa.

¡Ay! del día que todos aquellos malos dueños de todos aquellos "sicofantes", "los fabricantes de delitos" no tengan todo su "corrupto sistema" a su disposición...

¡¡En las próximas elecciones no les demos ni un solo voto!!

¡¡Ja no us tenim por!!

Intenten ser felices.