Cuando Andorra convierte Andorra en corrupta Fiñana y Venezuela mediante

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por Pedro ALBA

Andorra es un país de criminales y delincuentes. Evidentemente no lo es, no hay duda alguna, pero esa es la imagen que tienen y quieren dar del pequeño país de los Pirineos otros estados de muy dudosa reputación como Venezuela. Y a dicha imagen de Andorra han contribuido de forma decisiva algunas de sus instituciones en el afán de poder demostrar su supuesta valía, de ocultar sus pecados y de criminalizar a lo único que parece criminalizable en el Principado los últimos años: Banca Privada d’Andorra (BPA). Desde ya se reabre un nuevo capítulo en esta interminable serie orquestada desde las propias autoridades andorranas para condenar aunque solo sea mediáticamente y socialmente el banco en resolución y su entorno. La proximidad del inicio del juicio de la denominada causa general del ‘caso BPA’ está haciendo incrementar la intensidad de los ataques y las autoridades andorranas buscan alianzas allá donde sea para justificar sus tropelías; aunque sea aliándose con Nicolás Maduro y sus secuaces, todo gente muy noble y muy honesta. Ese último capítulo del cual van a oír a hablar en los próximos días muy mucho es la detención, en Caracas, del ciudadano venezolano Diego Salazar, un acaudalado empresario multisectorial que tiene la suerte o la desgracia de ser primo de quien fuera presidente de la petrolera estatal venezolana (PDVSA) Rafael Ramírez. La fiscalía general del país sudamericano con su jefe, el como mínimo controvertido Tarek Saab al frente, ha anunciado la detención de Salazar y lo ha vinculado a la trama de corrupción de Andorra. Tal cual. Como si en Andorra la corrupción fuera una cosa habitual. Lo cierto es que en Venezuela, donde siendo suaves los mangoneos proliferan mucho más que la comida, hablan de Andorra, de todo el país, como si de un escondrijo de ladrones se tratara y el fiscal no amaga que es la UIFAnd quien les ha proporcionado todo lujo de detalles. Los que le ha convenido, claro está. Más claro aún queda que la institución que dirige Carlos Fiñana se dedica, también, a repartir dossiers para justificar lo injustificable. Desde el 2013 que Fiñana intenta ponerse medallas persiguiendo a diestro y siniestro clientes venezolanos de BPA. Diego Salazar lo era. Y es por ello que las autoridades andorranas tienen tanto interés en poner el ventilador aunque sea dándole la mano a Maduro. Contra BPA nada importa, aunque ello conlleve poner en tela de juicio a todo el país ante la comunidad internacional. Más aún cuando se pone en marcha el intercambio automático de información fiscal ante la atónita mirada de centenares de depositantes en bancos andorranos que quedan literalmente en pelotas. Venezuela ha anunciado a bombo y platillo la detención de Salazar como si fuese un criminal que hacía corrupción en Andorra. Nada más lejos de la realidad. Si hubo corrupción en algún lado fue en aquel país sudamericano. Tarek Saab da cifras al céntimo: 1.347.339.972 euros y asegura que esos datos los ha facilitado la UIFAnd. No he visto tanto lujo de detalles, por ejemplo, en el dinero de los Pujol que pasó por Banca Reig o Andbank, eso no interesa. Saab habla de una cantidad dando por hecho que está o estuvo en Andorra y que sirvió para hacer tejes y manejes. Nadie acude a contar la realidad. Miren: entre todos los clientes venezolanos que hubo en BPA -me aseguran fuentes de toda solvencia de dicha entidad- no tuvieron nunca más de 200 millones de dólares juntos en el mismo momento ingresados. Cierto que pasaron muchos millones más en diferentes transacciones y que Salazar, Diego Salazar, era el principal emisario de dichas operaciones. Pero resulta que todo el dinero que llegó a la BPA venía bancarizado (de entidades como Lloyds) y se iba directamente hasta Londres para pagar primas de seguros a otras entidades tan serias como Marsh o AON. Y me preguntarán por qué; y si me dan algunas líneas más se lo voy a intentar explicar. Resulta que uno de los negocios de Salazar era el transporte de fuel en grandes embarcaciones. Y dichos viajes necesitan de importantes pólizas de seguros y reaseguros para asegurar, nunca mejor dicho, eventuales accidentes que tendrían muy costosas consecuencias. Andorra era simplemente un punto de paso para evitar que el dinero circulara por Venezuela y, justamente, fuesen los dirigentes de aquel país los que pudieran mangonear. Ahora necesitan actuar para recobrar la credibilidad que nunca tuvieron ante una ciudadanía, la venezolana, que literalmente se muere de hambre. Eh aquí la detención de Salazar y muchos otros empresarios que ninguna relación tienen con Andorra -más bien con Miami- y que intentan criminalizar como se criminaliza el pequeño país pirenaico. Si se acuerdan, y si no les haremos memoria con su permiso, Fiñana ya estuvo dale que dale detrás de los cerca de 200 millones de dólares que había en BPA de ciudadanos venezolanos. Hasta vendió a los dirigentes del Gobierno que resolvería los problemas de financiación del Estado andorrano con aquel montante. Pero fue primero la Batllia y, después, el Tribunal de Corts, allá por el 2014, que dejó sin efecto el embargo que durante muchos meses sufrió aquel dinero. Lo dejó sin efecto porque no había los indicios suficientes para poder aseverar que se trataba de dinero criminal. Cierto es que no se juzgó el fondo del asunto, pero más cierto es aún que el jefe de la UIFAnd cogió un cabreo monumental y empezó a repartir dossiers a toda prisa. Ahora, si había duda, queda confirmado todo aquello. Y queriendo criminalizar BPA puede que sin motivo esté llevando todo Andorra a la picota. Hasta la detención en España, hace unas semanas, de otros ciudadanos venezolanos a petición de los Estados Unidos -ciudadanos que también habían tenido cuentas en BPA y Banco Madrid- se vendió en la prensa madrileña y andorrana -con el fiscal José Grinda de animador- como una causa con Andorra y BPA de coprotagonistas. Nada más lejos de la realidad que las propias autoridades judiciales americanas, con sus escritos, han confirmado. En aquellas detenciones no hay ningún vinculo, ni uno solo, con Andorra. Menos con BPA. Pero la prensa del régimen, aquí y allí, ya hizo el trabajo que se les pedía: meter leña al fuego del banco en resolución. Condenarlo a toda costa. Y ahora está claro que si hay algún hecho delictivo que llevó a aquellas detenciones, el dinero que hay detrás pasó por Suiza y solo por Suiza. Y no habrán leído en ningún sitio el nombre del banco o los bancos suizos por los que transitó el dinero que fuere. Aquí es diferente: si hay que hablar de BPA todo vale. De los otros, ni mu. Y ahora que se acerca el juicio del ‘caso BPA’, más que nunca se impone tirar mierda. Porque contra BPA todo vale y todo sale gratis. Las autoridades andorranas son las primeras que alientan tal varapalo porque sin duda es la única forma que tienen para justificar un atropello sin precedentes e intentar salvar al mismo tiempo su culo. Les hablarán de Venezuela o de Odebrecht -sin acordarse que Crèdit Andorrà, por ejemplo, también recibió dinero de la constructora brasileña-, se olvidarán de los Pujol o del escabroso caso de las comisiones de la FIFA que la fiscalía andorrana empezó a investigar en su día y después nunca más (Andbank) se supo. Venezuela, Odebrecht… pero, ¿saben qué es lo más gracioso? Que en la primera causa que se debe juzgar, los hechos que se enjuiciaran a partir de enero y que son los que realmente llevaron a la intervención y despojo de BPA y a la detención y reclusión durante casi dos años de su consejero delegado, nada tienen que ver ni con Caracas ni con los tochos brasileños. ¿Alguien se acuerda del ‘caso Emperador’ o de Rafael Pallardó? Sí, esos son los motivos reales que condujeron a cerrar un banco y después a despojarlo sin ningún tipo de vergüenza. Pero de ello no se habla. No se habla porque no hay absolutamente nada de irregular según la legislación en cada momento vigente en Andorra y porque otros bancos (MoraBanc, Andbank) tenían a Pallardó de cliente. Por eso se debe calentar el ambiente con otras historias. Historias que cuando deban enjuiciarse ya habrán decaído pero por aquel entonces todo dará igual. Andorra no es país de delincuentes. Pero sus autoridades están construyendo esa imagen. Venezuela, por ejemplo, se vende com un país honesto y se contrapone a Andorra Fiñana mediante. Manda huevos.

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