Cuaderno de Bitácora (0)

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¡¡Buenos días cuaderno!!,

menudo día de conmemoración de nuestra Constitución, pero la vida, a veces, es así de caprichosa. Qué le vamos a hacer...

Parece ser que nuestros excelsos gobernantes por fin han empezado a tomar las medidas que, seguramente, se tendrían que haber tomado muchísimo antes. Y, además, parece ser que lo han hecho de la manera menos adecuada; soltándonos a cuenta gotas las medidas que irremediablemente van a tener que aplicar. Primero habrá que cortar la uña. Bueno, ahora habrá que cortar la falange. Quizás lo conveniente sea cortar la mano. Miraremos de cortar al nivel del codo. Habrá que extirpar el brazo entero. Usted se va a morir. 

 

 

Hasta ahora mucha, demasiada, gente se ha tomado todo esto a chufla. Por lo visto en ésta parte del mundo todo son risas hasta que se cierren los bares y se pare el fútbol. Pues eso ya ha llegado. Veremos las caras que se les van a quedar a todos aquellos que han estado bailando mientras el Titanic se hundía.

 

 

Que las matemáticas no les gustan a demasiadas personas, es más que evidente. Las matemáticas no pueden resucitar a nadie, pero está más que demostrado que evitan que mucha gente muera. Las matemáticas tampoco se pueden aplicar exactamente a la vida porque, por ejemplo, nueva mujeres embarazadas jamás harán un bebé en un mes. Pero eso es otro tema. Veamos que nos han estado diciendo las matemáticas todo éste tiempo:

 

 

Las matemáticas nos han indicado que la única manera de intentar contener el elevado contagio del COVID-19 era el bloqueo de todos los focos del virus. Pues eso es lo que ahora están intentando hacer nuestros excelsos gobernantes, anunciando medidas a tomar al día siguiente no es la manera porque el éxodo que se ha producido ayer desde Madrid en dirección a otras zonas sin focos importantes, lo cual solo nos aboca a que nuestros excelsos gobernantes van a tener que tomar medidas más drásticas. (Tenemos una gran desventaja respecto a los países asiáticos; ellos son muchísimo más sacrificados que nosotros). Y como que por las buenas ya se ha visto que no va a haber suficiente, las nuevas medidas se tendrán que tomar por las malas. Al tiempo.

 

 

Me produce infinita tristeza escuchar a gente quejándose porque no van a saber qué hacer estos días en que lo que el sentido común indica es quedarse en casa. Con la cantidad y cantidad de cosas que se pueden hacer en casa. Infinitas. Cada cuál que se dedique a aquello que su vida normal le hay impedido hacer; al que le guste leer, que lea. Al que le guste hacer punto de cruz, que lo haga. Al que le guste ordenar, que ordene. Pero aprovechen su tiempo; el tiempo es vida. A mí, por ejemplo, lo único que me "fastidia" de verdad es no poder acudir a las clases magistrales de la Universidad de Llorts. (Muchos ánimos compañeros). 

 

 

Puede ser una buena oportunidad para que cada quién haga su particular evaluación DAFO, debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, porque siempre he estado convencido que todos, absolutamente todos, tenemos un don interior que muchos no acaban de encontrar en toda su vida. Por favor, inténtenlo. Y sobre todo, no se me pongan histéricos, porque normalmente tras la histeria aparece la violencia. Intenten tomarse estos días que van a cambiar los hábitos de vida a muchos de ustedes con toda la tranquilidad que les sea posible. Estamos hablando de un par de semanas. Si que se pueden alargar un poco más, pero si todos hacemos lo que se espera que hagamos, el problema se va a solventar satisfactoriamente. La altura de miras, la autodisciplina, deberían ser valores que todos tendríamos que sacar de nuestros adentros porque todos, absolutamente todos, los tenemos. 

 

 

Si aparcamos el egoísmo, fuente de todos los males, una buena temporada, les aseguro que el mundo será un lugar muchísimo mejor. De verdad de la buena. La generosidad es tan altamente satisfactoria que nunca dejen de tenerla. Aquí, por lo visto, todo el mundo sabe de "derechos" y muy pocos de "deberes", que también existen. Intenten reflexionar sobre ello, gracias. 

 

 

Hace días que España adelantó a Italia en la ecuación contagiados/tiempo. Imagino que a estas alturas de la pesadilla todos nuestros excelsos gobernantes lo saben. Y si no lo saben, deberían de saberlo. Tan solo hace falta saber buscar unos cuántos gráficos para ello. La situación es la que es y, además, va a empeorar significativamente la semana que viene. Tan solo parándolo todo vamos a tener la oportunidad de salirnos de ésta. Las medidas que se han empezado a tomar no van a surgir efecto de manera inmediata. Pero lo hará si todos y cada uno de nosotros nos lo proponemos.  

 

 

Warren Edward Buffet, el gran inversor norteamericano, tiene muchísimas frases que en realidad son sentencias de vida. Y es que cuando alguien es capaz de decir tanto con tan pocas palabras, ése alguien es muy especial. (Si pueden, aprovechen estos días para leer alguno de sus libros. Les encantarán).

¡Ah!, y sobre todo sigan sin fiarse un pelo de todos esos que dicen que lo tienen todo controlado, o de que garantizan no sé qué, porque ellos no pueden garantizar absolutamente nada. Aprendan a tomar sus propias decisiones. Eso sí, responsablemente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Intenten ser felices.

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