V.
No descubriré nada nuevo al decir que luchar en contra de la maquinaria del Estado es una labor de titanes. Demostrar nuestra inocencia es casi imposible por las trabas y el juego sucio que se está llevando a cabo en contra de BPA. Pero confío en que el tiempo nos acabará dando la razón.
No entraré aquí en argumentaciones para defender la inocencia de BPA y de todos sus trabajadores, ni siquiera diré lo de “se equivocaron de Banco”, Eso es tema para otro artículo. Lo que sí os explicaré son situaciones que hemos vivido dentro de BPA a raíz de la intervención y como la palabra traición es una más a añadir dentro de los epítetos que definen este proceso absurdo y delirante.
Echando la vista atrás y haciendo análisis de todo lo vivido lo veo claro. Desde el principio hubo unas “mentes pensantes” a las que no me atrevo a señalar (jajaja) que se percataron que un punto imprescindible en el proceso de Intervención de BPA era la imagen pública que debían dar. Y para lograr este objetivo, conseguir que los trabajadores de BPA nos mantuviéramos neutrales y no nos posicionáramos públicamente a favor de la Propiedad del Banco y de nuestros Directores, era esencial. Fue una estrategia muy inteligente, ya que 300 personas saliendo a la calle denunciando lo que realmente estábamos viviendo hubiera sido por lo menos impactante para la sociedad andorrana y más en la situación que se estaba viviendo en la plaza Financiera.
Y cómo lo consiguieron???? La respuesta es simple: con un ardid histórico/mitológico en el que varios siglos más tarde los empleados de BPA volvimos a caer… un caballo de Troya
El caballo de Troya fue un artilugio con forma de enorme caballo de madera que se menciona en la historia de la guerra de Troya y que según este relato fue usado por los griegos como una estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya.
Hoy en día, cuando hablamos de un “caballo de Troya”, lo asimilamos como un engaño destructivo, algo concebido como aparentemente agradable pero que trae consigo graves consecuencias.
Tendríamos que precisar que la mayoría de los empleados picó el anzuelo, pero algunos nos dimos cuenta de la genial jugada casi desde el principio. Y estamos aquí para contarlo y que se sepa la verdad de cómo fuimos utilizados desde un principio. Os voy a resumir la historia de nuestro caballo de Troya: Los Representantes de los Empleados
Desde el inicio de la intervención de BPA que comenzó en Marzo de 2015, y ante la confusión /miedo que nos generó en un principio la situación, y sobre todo ante la falta de liderazgo de los dos Directores que quedaban en BPA, un pequeño grupo de empleados se erigió en Representantes de los Trabajadores, con la supuesta finalidad de poder organizarnos y defender nuestros derechos delante del injusto atropello que estábamos sufriendo. Era un momento en que necesitábamos unirnos y confiábamos en ellos, pensando que lo hacían por un sentimiento altruista de defensa de nuestros intereses. Pero pronto nos dimos cuenta de que no estaba siendo así.
La desconfianza llegó en los primeros días. A raíz de que nuestros “representantes” mantuvieran las primeras reuniones en los despachos de Govern, todo empezó resquebrajarse. Comenzamos a darnos cuenta de que nos ocultaban información esencial a cerca de con quién y cuándo se reunían, y sobre todo de lo que se hablaba y acordaba en esas reuniones. Ellos mismos admitían en “petit comité” que seleccionaban lo que nos trasladaban y cómo nos lo iban a contar.
Esto nos enervaba a algunos que no deseábamos ser tutorizados ni adoctrinados, sino coordinados. Pensábamos que teníamos que ser un equipo, y por tanto dosificarnos y seleccionar la información que nos facilitaban no era justo para el resto de los trabajadores que no podíamos asistir a esas reuniones. Los trabajadores que nos percatamos de que algo raro ocurría empezamos a sonsacarles información a cada uno de los representantes, intentando contrastarla posteriormente con los datos que con cuenta gotas nos iban dando. Poco a poco nuestras sospechas se iban convirtiendo en certezas. Algo raro pasaba y ya percibíamos que no íbamos a estar tan unidos como en un principio deseábamos. Cada día había más distancia y desconfianza, y estábamos en alerta ante lo que pudiera ocurrir.
Lo que definitivamente hizo que saltaran todas las alarmas fue un importante detalle. Durante esos primeros meses nuestros Representantes se reunían tanto con diferentes miembros de Govern como con el resto de las diferentes fuerzas políticas, medios de comunicación….etc., pero se negaban a reunirse con los que habían sido y que yo sepa siguen siendo la Propiedad del Banco, los hermanos Cierco…. Qué pasaba??? Por qué éramos capaces de escuchar y de que nos escuchara todo el mundo y nos negábamos a sentarnos junto a nuestros antiguos jefes, cuando la mayoría de los trabajadores lo deseábamos??? Nosotros queríamos verles, darles un abrazo de apoyo, pero nuestros Representantes no nos facilitaban las cosas, e incluso boicoteaban cualquier iniciativa al respecto. Aquí había algo raro….
Desde los Representantes también se nos recomendó no emprender otro tipo de iniciativas, como presentar alegaciones al Fincen (cosas que hicimos individualmente y no como colectivo como nos hubiera gustado), no participar en las reuniones de Raiffeisen, una propuesta que seguimos considerando como la mejor opción para los trabajadores, mucho mejor sin duda que la de JC Flowers, no sacar un comunicado de apoyo a nuestros compañeros injustamente imputados, y ni mucho menos poner de manifiesto las carencias y errores (que los hay y muchos) de la empresa auditora contratada PriceWaterHouse Coopers para la revisión de cuentas y clientes.
El motivo del silencio y la pasividad de los trabajadores de BPA durante todo el proceso fueron las recomendaciones de nuestros mal llamados “Representantes de los Empleados” de no poner en marcha ninguna iniciativa que demostrara nuestra oposición a la Intervención de BPA por parte de Govern y ni mucho menos las deficiencias detectadas durante todo el proceso de Intervención.
Los que formábamos parte del grupo que más abiertamente se oponía a ciertas decisiones y planteaba otras posibilidades contrarias a las establecidas por las autoridades, fuimos vigilados, señalados y posteriormente expulsados por la puerta de atrás. Pero no fue rápido, fueron unos meses más duros, durante lo que en tiempo fue “La familia BPA”, se dividía. Tengo que admitir que lo pasamos mal, había una especie de miedo tenso a hablar abiertamente de lo injusto del proceso por temor a las represalias, temor a hablar abiertamente a cara descubierta tanto en redes sociales como en las Asambleas…. Los Representantes de los Trabajadores no nos apoyaron ni promovieron ninguna actividad pública en defensa de BPA. Las manifestaciones que hicimos fueron organizadas por un pequeño grupo de personas que no teníamos miedo, bien por inconsciencia, bien por la valentía que te da saber que estás haciendo lo correcto.
El objetivo principal de los Representantes era conseguir firmar un Convenio Laboral que protegiera a los empleados de los posibles abusos por parte de la Administración Pública. Tardaron meses en presentarnos un primer borrador. Discutíamos los puntos en Asambleas a las que asistíamos con ganas de participar y ayudarnos unos a otros, pero los acuerdos adoptados en estas Asambleas se diluían y no acababan siendo incluidos en los siguientes borradores. Alguien puede entender que los acuerdos tomados en Asamblea no se cumplieran??? Alguien puede entender que hayamos pagado aproximadamente 60.000 euros a un abogado, que lo único que nos ha conseguido es un convenio ajustado a legislación.. A mi entender no hubiera sido necesario pagar ese dineral para ver supeditados nuestros derechos a la legislación laboral. Personalmente, yo hubiera preferido ahorrarme el dinero que pagué visto el resultado, y como yo otros muchos compañeros que estamos indignado con el resultado.
Y en la firma de este convenio absurdo, que ni siquiera pudo ser legalizado, a parte de nuestros queridos Representantes de los Empleados juega un papel importante el abogado al que contratamos, Manuel Pujadas.
Manuel Pujadas, el abogado de los trabajadores, fue presentado por Marc Cornella (Director de RRHH y Representante de los Trabajadores) como la mejor opción. En un primer momento nos pareció un abuelito entrañable que iba a defender nuestros derechos, pero desde la primera asamblea ya sacó a relucir su “dulce” carácter e insinuó que deberíamos denunciar a los que hasta ese momento habían sido nuestros jefes, y se negó en rotundo a representarnos en posibles demandas que planteábamos tanto a Govern y al AREB en aras de conseguir un convenio decente para los trabajadores.
Y sorpresas de la vida….no solo conseguimos un Convenio bastante ridículo a un coste de unos 60.000 €, sino que resulta que este señor ahora representa los intereses de Govern en el conflicto con BPA….Muy curioso, sí señor…diría algo más al respecto, pero como este personaje es experto en poner demandas “indiscriminadas”, me reservo lo que le diría para otro momento en el que la “Ley Mordaza” que impera a este respecto se disipe en este país, si es que alguna vez lo hace. Si por lo menos me devolviera el dinero que le pagué…pero con ese carácter cualquiera se atreve a pedírselo sin que me caiga una demanda.
Llegados a este punto, y haciendo valoración de estos 16 meses de absoluto infierno, yo creo que podemos hacer un repaso de las diferentes trayectorias laborales de nuestros compañeros que con tanto “ahínco” nos representaron, no os parece??? Vamos allá.
Los Representantes de los Trabajadores, aquellos compañeros que estuvieron dentro de un ficticio caballo de madera mientras otros luchábamos por demostrar nuestra inocencia y hcer valer nuestros derechos, continúan en Vall Banc, algunos incluso con cargo directivo, otros con aumento de sueldo, y otros simplemente con la tranquilidad que da saber que puedes seguir pagando las facturas porque tienes trabajo.
Por contra, muchos otros compañeros, los que nos posicionamos a favor de la Propiedad y del que fue y seguirá siendo le pese a quien le pese nuestro Director General, Joan Pau Miquel, despedidos, algunos incluso criminalizados, obligados a comenzar una nueva etapa lejos de lo que había sido nuestra casa… Otros abandonando el “barco” (porque ya no lo puedo llamar Banco sin tener corresponsales) incapaces de aguantar la tensión que se vivía dentro y deseando comenzar una nueva vida. Y Otros, resistiendo ahí dentro, dando la cara con los clientes y haciendo su trabajo lo mejor que pueden, como siempre y como nos había enseñado nuestra antigua dirección.
En fin, así lo viví yo y así os lo he contado. Juzgad vosotros mismos. Fueron o no un caballo de Troya???
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