María José MIQUEL, germana de Joan Pau Miquel
Ojalá esta historia que nos está pasando fuera como la canción de desamor de Joaquín Sabina 19 días y 500 noches. Ojalá fuera simplemente la letra de una canción pero la verdad es que estos 500 días y 500 noches es una realidad de envidias y traiciones orquestada por una maquinaria bien engrasada.
Durante estos 500 días y 500 noches ni un solo momento he podido dejar de pensar en mi hermano y en la soledad de su celda, y eso que mi vida ha transcurrido, que lo haya llevado mejor o peor es cosa mía, pero la de él se ha quedado colgada, en suspenso. Tardé siete meses en poder salir con amigos, reír sin sentirme culpable y en hacer lo que mi hermano me pedía pues durante todo este tiempo, a pesar de su situación personal, él siempre ha querido que disfrutase cuando le he dicho que tenía una cena, o una salida de fin de semana o una reunión familiar. No lo he normalizado pero lo llevo mejor porque no quiero que esta situación me haga aún más infeliz.
No me van a robar ni mis recuerdos, ni mis esperanzas; no les voy a permitir verme desfallecer, voy a luchar hasta mi último aliento por ayudar en lo que pueda a sacar a mi hermano de la cárcel, en ayudar a entender a mis padres esta sinrazón y porqué su vida se ha puesto del revés y a que mis sobrinos tengan momentos felices a pesar de no tener a su padre con ellos.
Pago un precio por ello, he enterrado a dos seres muy queridos que no les he podido hacer el duelo que se merecían, tengo a mis hijos adolescentes que sólo espero haberlos educado bien porque ahora, a pesar de tener a su padre, van por libre. Y tengo un marido que me apoya al 100% y llega donde yo no llego, sin preguntas, sin recriminaciones, entregado y luchando en retaguardia pero que inevitablemente es consciente de cómo nos ha cambiado la vida.
Como os decía, no he podido hacer el duelo a seres muy queridos, pero por desgracia ya no están con nosotros y todas las fuerzas las necesito para mi hermano, que está vivo y lo quieren enterrar en vida. Este es el sentimiento que tengo por las acciones perversas que les veo, por su, a veces, inoperancia y por su actitud servil amparándose en la ley. No me creo nada, que lo sepan. No tengo delirios, estoy muy cuerda y que acate las leyes que nos imponen no quiere decir que las entienda ni que los respete. Tampoco pasa ni un solo día sin que me acuerde también de todos ellos.
No tengo delirios, pero si un punto de Annie Hall y pienso que la verdad se acabará imponiendo y que mañana saldrá nuevamente el sol para todos, y sobre todo para Juan Pablo pues tanta maldad y ensañamiento hacia su persona no puede triunfar. Que no le dejen en libertad, teniendo reguladas por ley una serie de medidas alternativas, que le tengan retenido como a un criminal peligroso no deja de reflejar más su miedo a que aflore la verdad. Juan Pablo, tienes un futuro ahí fuera y toda una vida para vivirlo. Te podrán coartar tu libertad, durante un tiempo -no hay mal que 100 años dure- pero no podrán quitarte tus sueños, ni tus ilusiones ni tus valores, mucho más de lo que ellos tienen.
Releo el articulo y percibo la parte de odio que refleja pero también quiero que se perciba mi amor y admiración hacia Juan Pablo y hacia todas las personas que están luchando porque esta injusticia no se quede así, por todas esas personas que a pesar de haber perdido su trabajo e incluso su dinero continúan luchando por la verdad del mal llamado ‘caso BPA’. Personas que no pueden quedarse con los brazos cruzados mientras nos intentan vender la idea que BPA blanqueaba, personas que tienen hijos, padres y hermanos que no pueden consentir que se les diga que trabajan en un banco que había creado una estructura para saltarse las reglas y permitir el blanqueo. Personas que no pueden permitir que todas aquellas recomendaciones, protocolos, informes, auditorías, etc.. que se elaboraban en el banco para mejorar y equipararse a la normativa y estándares europeos intentando ser mejores día a día, las hagan servir ahora en su contra y resulte un arma arrojadiza contra ellos.
La verdad tiene que triunfar y poner a cada uno en su sitio, supongo que esto ya lo dijo alguien antes que yo, seguramente un escritor, político famoso, o simplemente una madre, una hermana o una mujer en las mismas circunstancias que las nuestras.
Gracias por leerme.
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