¡Todos a la cárcel!

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Luis García Berlanga Martí estrenaba en 1993 la película "Todos a la cárcel", que es una farsa esperpéntica que intenta transferir parte del concepto de chanchullos políticos y empresariales franquistas de "La escopeta nacional" al contexto democrático español, pero transmutando el ambiente de una cacería al de una cárcel. Todo un bendito desvarío berlanguiano culminado de forma bastante burda y acuescada. Qué pena que el genio Berlanga nos dejara en 2010 porque se ha perdido el culmen de la sinvergonzonería a la que han llegado toda ésta plaga de pseudopolíticos que se han apoderado del poder. La de películas y series interminables, habría necesitado varias temporadas y algunas de las nuevas plataformas televisivas, que el bueno de Berlanga podría haber dirigido...

 

 

Los escándalos de todos estos que se han apoderado del poder se amontonan a medida que se van conociendo, y probando los detalles; y tanto da que sean de un partido u otro, de una comunidad u otra, de circunscripción nacional, autonómica o local. El dinero es goloso y todos ellos se han encargado que los que les tienen que juzgar, en caso de que los pillen, sean lo suficientemente agradecidos para ser magnánimos con los que les pusieron al frente del poder judicial. 

 

 

Ayer leía esto en uno de esos hilos que corren por Internet, y cito textualmente: "El sistema político español se basa en el robo, el engaño, la corrupción y la idiotización de los ciudadanos. La clase política española ha conseguido legalizar el hurto, institucionalizando y legitimando un sistema fiscal profundamente injusto y absurdamente ineficiente. El único fin de esta partidocracia española es la financiación del estado como órgano monopolista de poder del que – sin rubor alguno, en clara connivencia consensuada entre todos ellos – se sirven los partidos políticos para alternarse en el fomento del clientelismo ciego que no es más que la herramienta indispensable para consolidar y eternizar el paripé pseudodemocrático en el que vivimos los “hombres felices”. La clase política española ha conseguido diseñar mediante lo que ellos llaman “transición democrática” y “constitucionalismo” un sistema de estado en el que mentir en campaña electoral para obtener votos no tiene nunca consecuencias. La prevaricación, el nepotismo y el abuso de poder no son constitutivos de delito si se hacen desde las instancias democráticamente legitimadas. ¿Cómo es posible? Una de las obras maestras de nuestra clase política es el secuestro del poder judicial. Lo que en cualquier sociedad civilizada recibiría el nombre de “secuestro de la justicia” – bananerismo, totalitarismo, fascismo, … – aquí es “control parlamentario del poder judicial”. La jurisprudencia está llena de juicios de valor y huérfana de valor en los juicios. Secuestrados x los intereses de l partidos, incapaces de medrar profesionalmente fuera del ámbito de influencia de éste o aquél partido político, algunos jueces pasan a formar parte del sistema. La clase política española ha sabido dotarse de un sistema en el que no se dan casos de corrupción: el sistema es corrupto en sí mismo. Las sucesivas leyes de financiación de partidos políticos y sus enmiendas, las disposiciones referidas a la subvención de sindicatos, patronales... a los sueldos de concejales, alcaldes, diputados, secretarios de estado, asesores, … conforman un sistema legal exclusivamente diseñado para desviar de nuestros monederos los medios económicos que ellos necesitan para la subsistencia de la casta política. Estoy hasta las narices! Y ahora díganme: ¿qué piensan hacer para salir de este embrollo?". Hoy mismo, el mismo autor, lanzaba la siguiente pregunta: existe en España el "periodismo de estado"? La respuesta es ¡¡SÍ!!, y aquí le paso lo que muy bien podría ser la redacción, que para variar fue anticipada por The Simpson

 

 

Si tuvieran un ápice de vergüenza dimitirían todos, entregarían todos sus pasaportes en la comisaría más próxima y esperarían a ser llamados todos a juicio por todas las tropelías cometidas, que ya son demasiadas. Pero como que no tienen vergüenza, nacieron sin ella, debe ser el pueblo soberano el que exija que toda ésta panda sea puesta a disposición judicial para que sea juzgada, condenada y que paguen con la pena que sea todos y cada uno de sus continuados excesos. Hasta que no metan a TODOS los que se hayan pasado en la cárcel, nunca jamás se habrán cerrado las heridas. Y sin ninguna excepción de ningún tipo.

 

 

Ya está bien que el pueblo tenga que seguir tragando con todo lo que están intentando hacer tragar, mientras ellos siguen sacando pecho y paseándose como si la cosa no fuera con ellos. ¡¡Ya está bien!! 

 

 

Y desde que toda ésta tropelía que en Andorra ha pasado desde el INFAME 10 de marzo de 2015, no nos hemos cansado de repetir una y otra vez, y lo seguiremos haciendo todas las veces que hagan falta, el contubernio que aquí ha habido. Primero desde un foro de Facebook, más tarde desde l'AltaveuDigital y ahora desde l'Altaveu. Y el discurso ha sido siempre el mismo. No nos hemos movido ni un milímetro. Y tal y como decía Goethe, la verdad hay que repetirla una y otra vez porque la mentira es constantemente repetida no por los individuos sino por las masas. 

 

 

Recuerden lo de los "malos andorranos", nosotros, y lo de los "buenos andorranos", ellos. Y recuerden quién, o quiénes, fueron los que hicieron dicha distinción, porque seguramente a estas alturas de la película capaces son de decir que no fueron ellos. De aquella banda de la pizzería que tanto se jactaba de lo realizado, afortunadamente varios ya han desaparecido del mapa político andorrano. (Creo que ya no les deben de querer ni en casa). Y de los pocos que aún andan por ahí coleando, su reputación está totalmente por lo suelos por mucho cargo en el que sus colegas les han colocado o mantenido. 

 

 

Hay una máxima en cualquier investigación, ya sea policial o judicial o de cualquier otra índole, que ayuda bastante para resolver lo que en principio parece irresoluble; y no es otra que preguntarse a quién o a quiénes beneficia el acto, el hecho. Así de simple. Y esto simplemente lo digo a colación del repentino interés de una entidad bancaria andorrana por hacerse con los despojos de lo que dejaron del otrora Grupo Banca Privada d'Andorra. Frases como "la crisis de BPA era inevitable", o como "it is a bank that has long been seen here as having lower moral values. Certainly none of the other banks was looking to merge with them", o como "it’s clear that this bank had a level of risk tolerance higher than the rest of the sector" fueron pronunciadas por personas que intentaron apagar el fuego echando gasolina. Pero para eso están las Hemerotecas...

 

 

Puede que cuando el día de mañana alguno de ustedes se siente delante de sus hijos para explicarles lo que en éste maravilloso país ocurrió a partir del 2015, no va a poderles mirar a los ojos y decirles que lucharon. Y no se lo van a poder decir porque simplemente les estarían diciendo una solemne mentira. Allá cada uno con su conciencia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Intenten ser felices. 

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