La 'claca' naranja y los dineros que se evaporan

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Per Josep Carles S. MOYANO

Las redes sociales, Internet, son un paraje sin fronteras ni candados. No soy de escribir habitualmente ni de dar públicamente mi opinión. Menos aún en un país donde decir lo que uno piensa supone, de ‘per se’, que te acusen de ir contra el que piensa diferente de ti. En esta encrucijada estamos, más aún, desde la intervención de Banca Privada d’Andorra. Desde aquel momento, hará pronto ya dos años, la información sobre Andorra ha crecido exponencialmente, sobretodo en la red de redes. Este blog que me permite hoy expresarme es un ejemplo de ello. Y lo son tantos y tantos lugares virtuales de aquí y de allí. La red es una puerta abierta al mundo, a la información, a los datos, a la documentación. 

Un exceso es malo, es verdad. Pero al fin y al cabo es tarea del lector, del navegante, poner su filtro y sacar sus conclusiones. Ni soy informador ni opinador público. Claro está, sin embargo, que tengo mi opinión y que por razón de mi trabajo y muchas de mis aficiones Internet se ha convertido en una herramienta más de mi vida. Como el despertador, el cepillo de dientes o la sartén. O sea, según el momento, la prioridad o la necesidad. Que escribir me gusta pero me va grande lo noto por el simple hecho de no haber dicho nada y haber escrito bastante. Me da igual: un blog, la red, Internet, permite hacer triunfar lo breve pero también auténticas parrafadas. Ya advierto que voy para lo segundo visto lo visto.

Soy de los muchos que en su día quedó atrapado en BPA y que después maldijo que lo pasaran a este invento dicho Vall Banc y que transmite menos garantías que un lobo dentro de un gallinero. Tanto da. Por suerte he conseguido recuperar una parte importante de lo allí depositado y aunque lucharé para acceder a la integridad de lo que es mío a Dios gracias mis ahorros, que no eran tantos, los había diversificado adecuadamente. Ahora, diversificado ya más allá de las fronteras del país que me acoge desde hace tantos años que casi ya no me acuerdo de otro si no es para ir de vacaciones o pensar que no estábamos tan mal pero ahora los hay de mucho mejores. Y si les tengo que pedir perdón por no escribir en catalán lo hago desde aquí y ahora mismo. Pongan, pues, el filtro y si no les gusta echen el cierre.

A lo que íbamos: hace tiempo, meses ya, que observo como nuestro Govern, que debería ser el de todos pero lo es solo de unos cuantos, tiene a su alrededor un buen número de palmeros. Gente que aplaude por las redes cualquier cosa que digan sus capataces por muy tontas que sean las cosas en cuestión o aunque no tengan ningún sentido. Y eso cuando no son directamente mentiras, porque el Govern y sus secuaces, creanme, también mienten. Y mucho. Tanto que el día que desalojen el edificio administrativo, si no han tenido tiempo de barrer bien barrido bajo las alfombras nos vamos a llevar un buen susto. Eso si aún queda algo por llevarse, que al paso que vamos, solo quedaran las migajas: esas seguro que no las barren. No les interesan. Ellos llegaron y están para los grandes réditos. Todo lo otro no les importa.

Como ya les he dicho que yo me aplico el filtro como ellos me lo pueden legítimamente aplicar a mi, cada vez que veo la ‘claca’ dar caña después de la última salida de cualquier ‘naranjito’ paso página virtual. Los hay, la mayoría, que defienden la silla, estén en el Govern, en el Consell, en Actua, en el Diari, en Andbank, en el club de baloncesto o en la televisión. Más o menos todos calzan la misma horma de zapato. Hasta hemos llegado al extremo de querer negar, de querer hacer ver, que contar que el señor Oscar Ribas y el señor Manuel Cerqueda hayan tenido que declarar ante el juez José de la Mata es un ataque a la virilidad del país. ¿Pero dónde iremos a parar? 

Hace dos años casi que nos llenan páginas y páginas con supuesta información judicial siempre siendo los buenos unos y los malos los otros y resulta que ahora contar que De la Mata estuvo en Andorra por el no menor ‘caso Pujol’ y que Ribas y Cerqueda tuvieron que ir a explicarle cuatro cosas es casi un delito. Es un delito porque parece que es ser delincuente ser un medio de comunicación extranjero y escribir sobre Andorra. ¡Escuchen, que estamos hablando del caso que ha puesto patas para arriba al sempiterno expresidente catalán, que pretende aniquilar el proceso soberanista y que con un poco de mala suerte habrá mandado al carajo la plaza financiera andorrana! ¿Y no se puede hablar de ello porqué la ‘claca’ naranja no lo permite? Señores, que no estamos hablando de una detención por un positivo de alcoholemia a las tres de la madrugada de un día cualquiera que conlleva una pérdida del carnet de conducir por siete meses, eh. ¡Es el caso que habrá mandado Andorra a la mierda! Así de claro.

Ribas y Cerqueda comparecieron ante el juez De la Mata en calidad de testigos para explicar qué sabían de los dineritos que los Pujol tuvieron en Andbank -y aún con anterioridad en la Banca Reig-. Y en la misma calidad jurídica se tomó declaración a Joan Pau Miquel y Cristina Lozano para saber cómo transitaron los dineritos de los Pujol por BPA. Punto pelota. Lo leo en un medio español, sí. Y no lo leo en el Diari, en su ‘diari’, porque Ribas debe ser Dios y Cerqueda su enviado a la Tierra. Si dicha comparecencia la hubieran protagonizado solo Miquel y Lozano, hubiese sido titular y portada y los palmeros lo hubiesen aplaudido aduciendo al rigor, la independencia y la transparencia que hace tiempo que no hay en Andorra si es que alguna vez la hubo. Y reitero, fueron, me cuentan, leo, simples declaraciones para saber qué sabían, sin más. Y sin menos.

Y ya que estamos, déjenme exponerles un par de datos más que no he sabido leer ni en la red ni en el papel. Ni en Andorra ni en el mundo. Cuando Pujol Soley y los suyos aterrizaron en Andorra, en la Reig, el ‘virrey’ catalán era el presidente de un gobierno autonómico que participaba de un proceso de adjudicaciones de obras a destajo -se acercaban los Juegos Olímpicos que cambiaron a Barcelona cuyo alcalde mucho más tarde hizo famoso aquello del 3%- y Ribas Reig, Òscar, era presidente del Principado en aquellas etapas de idas y venidas políticas. Y otro dato más: ¿saben quien era el abogado de cabecera de la Reig? Los viejo del lugar seguro que acertaran a afirmar que era un tal Manuel María Pujadas. ¿Les suena, verdad? Hoy asesora al Govern. Ahí dejo ambos apuntes y me centro en otras cosas, en mis cosas.

La ‘claca’ naranja se pone de los nervios si un medio extranjero habla de Andorra pero no se quejan ni les sorprende que ‘La Vanguardia’, medio de cabecera de muchos de los adinerados andorranos, últimamente hable maravillas del Principado. Con ello no digo que el Principado no tenga maravillas que contar, pero hombre, los palmeros solo hacen que replicar ‘informaciones’ que en realidad son publi-reportajes. O sea, que se pagan, que se financian. Esa es una de las alfombras que se tendrán que levantar: la de dinero que se está dejando que el Govern para hacer ver que Andorra continúa siendo aquel país de cuento de hadas que ya no es. Y no solo el Govern paga. También una parte de las cuentas de explotación de los bancos se verán mermadas, más si cabe, por su inversión en publicidad.

Los palmeros que se quejan de lo que se publica por ahí nos tendrían que contar las gestiones de la consultora Román y Asociados por cuenta de la Associació de Bancs d’Andorra (ABA) para conseguir, ojo, que medios digitales como ‘Economía Digital’ y ‘El Confidencial’ no hablen de Andorra. Antes que hablar mal, que no digan nada. Y eso, creanme, también tiene un precio que el ABA ha puesto en manos de unos profesionales agresivos que cobran para pagar. Y eso es así y en un país de pandereta como en definitiva es el nuestro nos matamos entre nosotros mientras no tan lejos de aquí somos el hazmereir de tantos y tantos. 

Rajoy y compañía no solo maniobraron para conseguir los datos de Pujol: gracias a sus tentáculos y a la bajada de bragas (por acción u omisión) de nuestros dirigentes han conseguido, además, liquidar un país durante mucho tiempo ha sido la caja fuerte de empresarios medianos que confiaron en Andorra los ahorros que querían mantener lejos del alcance de la administración tributaria y que ahora no solo perderán; encima los van a multar. Y esos eran los clientes, la base del negocio de la BPA, claro. Como antes, mucho antes, lo fueron y lo son del Crèdit, de la Mora o de Andbank.

Nos han cepillado el país, se nos mean en la cara y nosotros, en lugar de plantar cara y mirar por lo nuestro, les damos gasolina para que hagan crecer la llama. Somos así de chulos. Y encima los dineritos se evaporan, y no lo digo por los centenares de miles de euros que estos días han salido de las cajas fuertes de todos, y digo todos, los bancos de nuestro país. Me refiero a los centenares de miles de euros que tantas y tantas instituciones, tantas y tantas familias acaudaladas del país, tantas empresas, están invirtiendo, lejos de aquí, para luchar entre ellas, contra ellas mismas, por algo que se tenía que haber resuelto a la andorrana. Abogados, estrategas, auditores, comunicadores… la mayoría asentados muy lejos de nuestras fronteras están haciendo el ‘agosto’ con nuestras batallas. Y nos sacamos los ojos como si el banco A o el banco B no hayan hecho lo mismo que el banco C. Por suerte o per desgracia todos crecieron partiendo de la misma base.

Y yo, como tantos, no dejaré que nadie se quede los ahorros que sudé. Hasta Estrasburgo se enterará si hace falta, y cuando el Tribunal Europeo se llene de causas procedentes de Andorra, aunque tarde, será el momento que Europa tendrá más claro que nunca que aquí se hacen, hoy, verdaderas animaladas. Y puede que vuelvan a cambiar las leyes para que las decisiones de la corte europea no puedan obligar los tribunales andorranos a revisar sus sentencias, como pasa desde hace un par de años. Porqué si alguna vez Estrasburgo empieza a dar la razón a todos aquellos que a él acudirán de continuar el atropello actual, la factura será mas gorda que las pelotas de algunos.

Me fui por las ramas una vez más, perdí el camino y no se si tengo la capacidad de volver a él. En definitiva, que los palmeros tendrían que tener claro que representan, como mucho, a una parte de la sociedad andorrana, y que no pueden imponer su ley por muy naranjas que sean las normas actuales y muy anaranjados que sean ellos. Y que todos, sin dudarlo, tendríamos que ser capaces de ver que si en lugar de estar pegándonos entre nosotros cerraremos filas otro gallo cantaría. Imagínense solamente que una parte y la otra y la otra y la otra pusieran en la misma caja los centenares de miles de euros que llevan invertidos en azotarse entre ellos. Habría unos cuantos millones de euros, unos cuantos digo, disponibles, por ejemplo, para hacer frente a las desgracias. Para poder ayudar a las familias, que también las hay en Andorra, que pasan serias dificultades para llegar a final de mes. O que en estas Navidades no tendrán nada para poder celebrar. ¿Se lo imaginan?

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