Desde el estreno de la nueva película sobre Steve Jobs sólo escucho que decir tonterías a toda esa plaga de tertulianos, aprendices de todo y maestros de nada. Si alguno espera encontrar en un GENIO a una persona normal, es que no ha entendido nada de nada. La naturaleza, desde pequeños, los hace distintos, y distintos crecen y mueren.
Las matemáticas, las antiguas exactas, que son maravillosas sirven, entre otras muchas cosas, para hacer estudios sobre cualquier tema. En uno de esos estudios, publicado por Population Today, se afirma que el número total de personas nacidas en la Tierra ha sido de 106.456.367.669. Y se quedan tan anchos, porque matemáticamente tendrán toda la razón. Otro estudio situa la cifra en 107.890.000.000. Que más da. Me quedo con la primera por ser mucho más concreta.
Lo importante de esas cifras es que nos hiciésemos la siguiente pregunta: "cuántas de todas personas han hecho verdaderamente avanzar el mundo"? 100.000, 1.000.000, 10.000.000? Me es exactamente lo mismo porque el porcentaje que sale sobre el total es tan ridículo que no vale la pena ni entrar a discutirlo.
Todas estas personas, absolutamente todas, tienen muchas cosas en común: una infancia muy desdichada, los niños son especialmente crueles con los niños diferentes, una juventud de aislamiento, a todas estas personas no les interesa nada de lo que le pueda interesar al resto de coetáneos y un resto de vida realtivamente triste. A nadie se le escapa la vida de Van Gogh, o la de Leornardo, que acabó en Amboise, o la de Gaudí, o la de quiénes ustedes quieran. Han habido algunas excepciones, como en toda regla, léase Einstein, Picasso o Dalí que aún tuvieron la suerte de disfrutar en vida de su genialidad. Pero son los menos.
He tenido la suerte de convivir con un genio en casa. No es que fuera un diez en su especialidad; era un cien, pero en el resto dejaba bastante que desear. La convivencia con estas personas es más que difícil porque solo les interesa lo suyo. La cotidianidad, lo habitual, ni se les pasa por su cabeza. Son incapaces de ir a comprar a un mercado. Se aburren con gente normal. No soportan la mediocridad. No soportan a los sabelotodo y muchas veces callan para no dejarles en ridículo. Son así, diferentes.
Einstein decía que si se juzga un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil. Steve Jobs era un GENIO. Juzguenle por su obra porque si le juzgan como persona, dejará bastante que desear.
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