Mientras que una parte del personal anda distraído por qué color ponerse en las uñas de manos y pies, mientras otra parte del personal anda distraída con el fútbol, mientras otra parte del personal anda distraída con los personajes que tan solo salen en Tele5, y mientras una buena parte del personal mundial parece que se ha acostumbrado a las tremendas cifras diarias de fallecidos por la pandemia del Coronavirus, leo que una quinta parte de las empresas de Andorra se plantea cerrar. En resumen, ni se ha solucionado el tema sanitario, ni se ha solucionado el tema económico. 

Hoy, precisamente hoy, se cumple el sexto aniversario del Infame 10 de marzo de 2015. Un día que, efectivamente, supuso un antes y  un después en la triste y reciente Historia de nuestro peís. El mismo día en el que la banda de la pizzería decidió rematar, a la buena de Dios nos queremos los dos, Lupita, Banca Privada d'Andorra. Aquella famosa premonición del agregado de la Embajada de España en Andorra, "mira, quiero que sepas que sería conveniente que hablases con unas personas de Madrid para el tema del banco. De lo contrario, morirá, y los americanos saben cómo hacerlo", se llevó a cabo. Una premonición, que con la perspectiva que da el tiempo, no lo es tanto, y que tan solo obedece a la "concorxa" trilateral que se montó para cometer tan inmensa tropelía. 

Seis años en los que los perjudicados han tenido que padecer la "Ormetà" de todos los que intervenieron para llevar a cabo tan inmensa tropelía. Seis años en el que los perjudicados han tenido que padecer la "total indefensión" que los que intervinieron para llevar a cabo tan inmensa tropelía, les han querido procurar; unos alegando "confidencialidad", otros "callando", otros "haciendo la vista gorda" y el resto "como que no va conmigo", ya se apañaran. Seís años de sufrimiento total por la cantidad de vidas rotas que han habido. Seis años en el que muchísimos de los perjudicados han perdido, además de su dinero, su salud, e incluso su cabeza. 

Y mientras los ejecutores de tan inmensa tropelía siguen guardando silencio y sin aportar TODA la documentación que se les ha requerido una y otra vez, incluso desde el Consell General, los perjudicados se han cargado de razones aportando, con total transparencia, todas las pruebas que han sido necesarias para demostrar, irrefutablemente, que Banca Privada d'Andorra cumplía con todo rigor las normativas vigentes y de aplicación en el Principado de Andorra en el sector bancario y financiero, y con todas las normas contra el blanqueo de capital y financiamiento del terrorismo.  

¿En qué cabeza sana cabe que la UIFAND emita éste "certificado", de fecha ¡¡17 de septiembre de 2012!!, y que los casos en los que el FinCEN se basó para hacer su nota, sean de esos mismos años? ¡¡Ojo!!, al loro, casos que desde la misma Banca Privada d'Andorra se habrían comunicado tanto a la UIFAND como al INAF. ¿Cómo puede ser posible que la auditora y responsable, una de las Big4, KPMG, de la elaboración del informe de experto externo sobre los procedimientos empleados en materia de prevención de blanqueo de dinero y financiamiento del terrorismo de Banca Privada d'Andorra en el periodo comprendido entre los años ¡¡2008 y 2014!!, que fue el periodo de máxima actividad de los clientes que figuran en los casos denunciados por el FinCEN, sea la misma persona que en marzo de 2015, fuese a la vez la directora del órgano regulador del sector financiero andorrano? 

Los americanos demostraron que sabían hacerlo, ellos pueden hacer con su moneda lo que les traiga al pairo, pero ése mismo día Andorra perdió todo lo que un peís puede perder, ¡¡y en un solo día!! Y Andorra, aquel peís que otrora era la envidia de propios y extraños, ha desaparecido del mapa del mundo. Ustedes mismos pueden hacer el análisis y preguntarse si en Andorra se vivía mejor en 2019 o en 2015. (Antes de la pandemia del Coronavirus). También se pueden hacer la pregunta de si alguno de ustedes cree en su justicia. O si hay alguien que crea en su fiscalía. O en su Batllia. O en el Govern dels millors, y herederos. O si su poder adquisitivo ha menguando más que ostensiblemente. O si ya se han quedado sin trabajo. O si en los próximos tiempos pueden quedarse sin trabajo. O si verdaderamente hay algo que funcione medio bien en el peís. A todo ello, por si fuera poco, añadan la crisis sanitaria y económica del Coronavirus del 2020. Ahora ya se está destruyendo sobre lo que aquel Infame día se empezó a destruir. La crisis sanitaria y económica del Coronavirus del 2020 lo único que ha hecho ha sido acelerar el proceso. 

Dice un refrán que "las penas con pan son menos penas". Intenten ponerse en el lugar de todos aquellos perjudicados que aquel Infame 10 de marzo de 2015 vieron cómo todas sus esperanzas, todos sus esfuerzos, todo su trabajo, todo su futuro, se desvaneció por arte de birlibirloque. Aquel miércoles se levantaron tan felices, salieron de sus casas tan felices..., pero volvieron a ellas llenos de dudas, de miedos, de preguntas, de temores. Sus vidas habían cambiado, desgraciadamente, para siempre. Añadan ahora lo de las penas sin pan...

Leo que una parte de la prensa obediente y sumisa se regodea hoy con la aparición unos emails, del día 11 de marzo de 2015, en el que se comunica la imposibilidad de operar. Echo de menos que sigan sin salir TODAS las comunicaciones previas al 6 de marzo de 2015, y que SÍ hubieron entre las "Andorran authorities" y el FinCEN, a las que Jennifer Shasky Calvery, directora del FinCEN en la época, agradeció su colaboración de manera tan efusiva: "Director Calvery praised the contributions of the Andorran authorities in this investigation and appreciates their commitment to investigating this activity fully". (Puede ser que esté pasando como en España que, por lo visto, llevan años investigando quién puede ser "M. Rajoy"). Puede...

Intenten ser felices.