Los 10 mandamientos de unos y otros

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Si les nombro a Salvatore Lo Piccolo a muchos de ustedes no les dirá absolutamente nada. Salvatore Lo Piccolo, que era considerado el Padrino de la mafia siciliana, fue detenido en noviembre de 2.007 por la policía tras 25 años en busca y captura. Salvatore estaba considerado como el heredero de Bernardo Provenzano, el jefe de jefes de la familia. Entre los documentos que se le incautaron encontraron un código de honor que debían respetar todos los miembros de la Cosa Nostra. El código de honor, escrito a máquina y titulado “Derechos y deberes”, se compone de 10 mandamientos:

1- Prohibido prestar dinero directamente a un amigo. Si es necesario hay que hacerlo a través de una tercera persona.
2- No desearás a la mujer del prójimo.
3- Prohibida cualquier tipo de relación con la policía.
4- El verdadero hombre de honor no se dejará ver por bares y círculos sociales.
5- Estar disponible en cualquier momento, incluso si la mujer está a punto de parir.
6- Una puntualidad y respeto de manera categórica.
7- Respeto a la esposa.
8- Decir la verdad a cualquier pregunta y en cualquier situación.
9- A pesar de que se puede matar, extorsionar y traficar nunca se podrá robar el dinero a otras personas o a miembros de otras familias.
10- Este mandamiento contiene las normas que debe cumplir una persona para poder ser uno de los “amigos de los amigos”. No podrá tener ningún familiar en la policía, haber traicionado sentimentalmente a su mujer o carecer de valores éticos y morales.

Es curioso que la moral de los mafiosos se corresponda hasta tal punto con la de la película de El Padrino. (Don Vito Corleone: “Un hombre que no dedica el tiempo suficiente a su familia no es un hombre de verdad”).

La Iglesia Católica tambien tiene diez mandamientos. Fueron dados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí a través de un pacto al cual ahora conocemos como Santa Alianza. Los tres primeros mandamientos se refieren a los deberes para con Dios y los otros siete a los deberes para con el prójimo. Los mandamientos, en principio, ayudan al hombre a ser feliz y hacen que haya paz y orden en la tierra. Por eso se debe recordar lo que dice Santiago 2, 11: "Quién desprecia un mandamiento y no quiere cumplirlo, ya no está cumpliendo la Ley".

Ambos mandamientos coinciden en el "no desear a la mujer del prójimo" y en el "no robarás", aquí La Mafia hace una aclaración contundente, "sobre todo a otras personas o a miembros de las otras familias". Curiosa coincidencia. La diferencia es que mientras en la Iglesia todo se arregla con varios Padres Nuestros y/o varios Ave Marías, en La Mafia se arregla de manera distinta y pobre de aquel que se atreva u ose a tocarles sus dineros.

Cuando a la gente normal se les toca el bolsillo gratuitamente, cuando a la gente normal se le aboca a asumir pérdidas por Ley, cuando a según qué gente normal, que tienen en paraísos fiscales lo que no les cabe en sus cajas fuertes, se les merman sus dinerillos, cualquiera que utilice la cabeza para algo más que para peinársela puede imaginar que algunos se lo pueden tomar de forma católica, apostólica y romana, es decir, casi casi poniendo la otra mejilla, pero que otros se lo pueden tomar de manera menos católica, apostólica y romana. Como dice el gran Joan Manuel Serrat en su canción Cada loco con su tema: "cada quién es cada cual y baja las escaleras como quiere".

Intenten ser felices.

 

 

 

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